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Sánchez puede ser imputado

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez.JESUS HELLIN / STUDIOMEDIA19

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Las investigaciones que se están llevando a cabo en el Tribunal Supremo y en diversos Juzgados y Tribunales españoles que afectan al entorno familiar y político del presidente del gobierno, se acercan cada vez más al Palacio de La Moncloa y sobre todo va poniendo de manifiesto que nada de lo que se investiga podría haberse realizado sin el conocimiento directo de Pedro Sánchez.

José Luis Ábalos no se hubiera atrevido a iniciar los actos que son investigados en colaboración de su asistente Koldo sin que lo supiera Sánchez. Ambos eran los que realizaban aquellos trabajos oscuros en interés personal o político de su número 1. No puede olvidarse cómo actuó Ábalos en la crisis de la llegada, al menos irregular, de la torturadora Delcy a Barajas y sus maletas; tampoco como Koldo y Aldama se relacionaban con tanta familiaridad con la ministra Reyes Maroto, el ministro Ángel Víctor Torres, el ministro Fernando Marlaska, la presidenta del Congreso Francina Armengol, las vicepresidentas Nadia Calviño, Teresa Ribera o con el jefe de gabinete de la vicepresidenta María Jesús Montero, que se sepa hasta este momento. Se han visto fotos y whatsapps que eran negados de forma rotunda por los implicados , referencia a entrega de dinero en la sede de Ferraz y a altos cargos socialistas.

No puede entenderse una libertad de movimientos tan clara y continuada en los distintos ministerios y en la sede socialista de Ferraz de personajes como Koldo y Aldama, sin que lo supiera Pedro Sánchez que se limitó a cesar a Ábalos en una maniobra aún no aclarada pero sin que la trama dejara de infiltrarse en el partido y la administración socialista. Por eso no sería imposible ni improbable que en los próximos meses el presidente del gobierno tuviera que declarar ante el Tribunal Supremo. Lo cual sin duda sería lógico, procesalmente hablando, puesto que su testifical, en un primer momento, puede ser fundamental para que quedaran aclaradas cuestiones relevantes sobre cómo actuaron sus colaboradores y qué controles existen en su partido y en su gobierno para actuar en caso de que se cometan delitos.

Esta situación, con toda probabilidad, estará siendo analizada en el seno del partido socialista y en este sentido debe de entenderse lo que está ocurriendo en los últimos congresos socialistas y, sobre todo, a quién se está queriendo dar protagonismo en ellos. Sin duda hay tres dirigentes socialistas con más visibilidad que otros. Así, podemos pensar que Salvador Illa, Rodríguez Zapatero y Óscar Puente están siendo paseados por la militancia para comprobar cómo funciona el nivel de aplausos que concitan cada uno de ellos y, sobre todo, cuál es el grado de aceptación que tienen en los aplaudidores mediáticos que, en definitiva, serán los encargados de la promoción llegado el caso.

Salvador Illa fomenta la imagen del “yerno ideal” como lo describe el líder popular catalán Alejandro Fernández. Pero tras esa máscara se esconde un perfil sumiso al independentismo, ya que ha mantenido a decenas de altos cargos de ERC y JUNTS con el propósito de lograr la desconexión fiscal con el resto de España a costa de la igualdad de los españoles. Podría recordarnos al Sánchez de los primeros meses, que engañó a los votantes moderados con el denominado, por su prensa militante, como el “gobierno bonito”, que luego ha quedado acreditado como el gobierno más sectario de nuestra historia democrática. Este candidato buscaría engañar al centro político pero manteniendo en manos de sus socios independentistas la redacción del BOE, pero en todo caso habría que recordarle su actuación en la contratación de mascarillas durante la pandemia.

El segundo en el ranking podría ser Óscar Puente, que está cultivando su imagen de “ candidato macarra” por su afición a las redes sociales, olvidando su responsabilidad en el constante caos ferroviario que se produce en todos los rincones de nuestro país. Puente sería el preferido de la izquierda socialista y tendría como misión consolidar el actual voto sin buscar votos en el centro izquierda ni en la extrema izquierda. Es decir, buscaría que Sumar y Podemos mantuvieran su electorado y así intentar renovar la actual coalición con sus aliados en el nacionalismo y separatismo. Es decir, intentar que las cosas queden como son ahora, algo difícil atendiendo a las últimas encuestas.

El tercer posible candidato es el más siniestro, sin duda, y es Rodríguez Zapatero. Representa la radicalidad, el muro, el enfrentamiento total entre las dos Españas. Esta solución sería la que buscaría unificar en una sola papeleta de facto a la izquierda, extrema izquierda y al separatismo de izquierda, un verdadero Frente Popular de negras reminiscencias. Pero por desgracia es el que más aplausos encuentra en los actos socialistas, es el referente de la extrema izquierda mundial y al que llaman cuando se atascan las reuniones con Puigdemont o Junqueras, además de tener magníficas relaciones con los herederos de ETA. Fue el creador de la frase “ Nos conviene que haya tensión” con Iñaki Gabilondo.

El tiempo dirá si esta situación se produce o no, si Sánchez es llamado como testigo o si al final es investigado como colaborador necesario en los delitos investigados, y si al final se debate entre estos posibles candidatos. Pero que el gobierno haya publicado el concurso para la adquisición de papeletas electorales en el BOE da mucho que pensar.

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